Otatea glauca es una especie de bambú que fue descrita en una publicación científica (2004) como «nueva para la ciencia». Esto indica que las plantas de bambú descubiertas en un pequeña barranca en la sierra del Soconusco en Chiapas pudieron haber sido conocidas con anterioridad por la gente que vive en esa región pero científicamente no estaban catalogadas. La pequeña población de plantas que aun habita en el Soconusco es considerada como endémica de esa localidad, es decir, solo vive de manera natural en donde esta área. Actualmente ya se a extendido siendo sembrada en macetas u otros terrenos en México. La especie Otatea glauca es considerada también «endémica de Chiapas», pues solo habita en ese Estado mexicano. Por consecuencia también es endémica de México, pues únicamente vive de manera natural dentro de los límites políticos de México.
El endemismo en las plantas es importante porque nos indica entre otras muchas cosas que la planta ha evolucionado en determinado sitio. Las especies de bambúes endémicas de México deben de ser estudiadas con más detalle que un bambú que crece en varias partes del mundo. Por lo general las especies endémicas restringen su distribución a un área determinada y sus poblaciones son casi siempre pequeñas.
Con este ejemplo es fácil entender que el término endémico se usa para indicar la distribución de un bambú en especial y este puede incluso ser una especie o un género. Tomando el ejemplo anterior, la especie Otatea glauca es endémica de México, pero el género Otatea no, pues existen otra especie del mismo género ( Otatea fimbriata ) que también crece de manera silvestre en Colombia.
Una especie de bambú endémico no debe de confundirse con un bambú nativo. Son conceptos diferentes, pues el bambú nativo ha crecido de manera natural en un país o región determinados, y puede no ser endémico del mismo. Existen bambúes nativos de México que también son nativos en Costa Rica, otras especies nativas también pueden crecer en Colombia, Brasil o Argentina. Un bambú endémico está restringido a una ubicación geográfica muy concreta y fuera de esta ubicación no se encuentra en alguna otra parte creciendo de manera natural. Las especies endémicas de bambú se han “convertido en endémicas” como consecuencia de la especiación que se provoca ante la aparición de barreras naturales que han impedido un intercambio genético, de este modo, y a lo largo de cientos de años, se forman especies diferentes restringidas a esas zonas geográficas.
Al haber poblaciones reducidas de determinada especie de bambú las mismas se vuelven más vulnerables a una extinción. Sus poblaciones pueden ser reducidas en número de individuos y por lo tanto su respuesta genética ante el cambio de las condiciones naturales es menor. Pero no necesariamente una especie de bambú puede extinguirse, pues como ejemplo, es interesante comentar que la especie Olmeca recta , característica de los bosques lluviosos de Veracruz y Chiapas, es considerada una de las especies endémicas de México pero, dada su plasticidad genética, la misma especie se ha adaptado a vivir en lugares perturbados. Está próxima a ser considerada una planta invasora, lo que podría entenderse como una maleza.
A medida que avanza el conocimiento de los bambúes en América especies que antes eran endémicas pueden dejar de serlo en el momento en que se encuentran en otro país o región desarrollándose de manera natural, es decir que nadie las ha sembrado. En México hemos determinado la existencia de poco más de 20 especies de bambú endémicas, de las más de 40 especies reconocidas. La mayor parte de ellas, como se escribió anteriormente, muestran a sus poblaciones muy reducidas. Pero el avance de las exploraciones botánicas y las investigaciones de laboratorio que día a día se realizan, cambiarán pronto, tanto en el número de especies nativas como las endémicas de México.